Hoy domingo, los saludo desde la segunda entrada de La Quebrada de Oro. Me siento muy feliz por las palabras de apoyo que me fueron brindadas anteriormente, puesto que me animaron muchísimo a continuar con este proyecto.
En esta ocasión, les quiero compartir una especie de homenaje a uno de los personajes más emblemáticos y queridos de Shakespeare: Ofelia. Ofelia es esa doncella incomprendida por el magnánimo príncipe Hamlet quien poco a poco, es arrastrado hacia la locura por la sed de venganza que le inflama el alma. En Hamlet, Shakespeare no solo explora la intriga política que se teje entorno al trono danés, sino también el peligro asociado al exceso de lo pasional, avivador de demonios que irremediablemente llevan a la tragedia.
Ofelia no soporta verse ultrajada por todos los insultos de su amado demente, por la muerte injusta y equivocada de su padre estricto ni por las disputas familiares del príncipe; así que pierde la cordura y la sensatez. Finalmente, en un acto rodeado de misterio, Ofelia cae de la rama de un sauce a un arroyo y muere ahogada tras cantar largo rato sin percatarse del peligro en el que se encontraba.
Con los siguientes versos, encontrados en el acto IV de Hamlet, la reina Gertrudis, madre del príncipe, relata la muerte de Ofelia:
"Allí donde en el río crece un sauce recostado que refleja hojas blancas en el agua cristalina.
Allí, mientras tejía fantásticas guirnaldas de ranúnculos, ortigas, margaritas y esas flores alargadas que los pastores procaces llaman con nombres soeces pero en boca de nuestras doncellas no son sino "dedos de difuntos". Allí, cuando trepaba para colgar en el árbol su corona silvestre, rompióse una rama pérfida, y cayó ella, y sus trofeos floridos en aquel arroyo de lágrimas. Extendidos sus ropajes en el agua, salía a flote cual sirena, y cantaba estrofas de antiguas canciones, inconsciente del peligro, o como hija del agua, acostumbrada a vivir en el propio elemento.
No pasó mucho tiempo, sin embargo, sin que el peso de sus vestidos, empapados de agua,arrebatara de sus cánticos a la infeliz, arrastrándola al cieno de la muerte."
A continuación , les comparto un poema de mi autoría inspirado en esta dama.
Ofelia
Ofelia por Jules Joseph Lefebvre
¿Es el cielo quien besa mis
alrededores?
Puede tratarse de la imagen reflejada
Puede tratarse de la imagen reflejada
sobre el tierno remezón de las
mareas subterráneas,
las flores recogidas se dispersan
lentamente
y decoran con presteza los
recovecos de mis ríos.
Y río para inundar las aguas de
alegría,
canto para mecer los remolinos
formados en las piedras,
mis canciones de cuna entretienen al cielo
expectante
y yo celebro la independencia de
la libertad entre las hiedras.
Mis padres me enseñaron a danzar
en las esferas,
y mis nanas me criaron para ser
dama de arias,
las señoritas son muy calmas
esperando las respuestas
pero si es de irse a embarcar en locas
sutilezas
danzaré por las campiñas con el
frenesí de las gitanas.
Canto para mecer los remolinos
formados en las piedras,
y con el cuidado de una humilde
tejedora,
acaricio mis cabellos entrecruzados
con las flores,
el aroma de los sauces adormece mis sentidos
y es la ascensión de su blancura
la que inunda el firmamento.
No seré princesa ni mucho menos
una reina,
mas conservo entre cada recital de
maravillas
y entre la retórica de mis versos
deformados,
la figura abrumadora de tu rostro
amonestado
trastornado por la insania y de
orgullo acartonado.
La responsabilidad se te confunde
con venganza,
y si en mí no apaciguas tus
culpas venenosas,
correré sin más remedio hacia las
ramas.
¡El vaivén de las montañas me
sonríe,
y vuelo hacia abajo despidiendo las
alturas!
¿Habría tenido tiempo de
escribirte alguna carta?
Mas adiós, estoy segura de
encontrarte en la tumba,
quizá por ello he trenzado mil
guirnaldas.
¡Soy una perla retornando a mis
cámaras!
En el lecho arenoso el llamado de
las aguas
impera sobre mis sentidos hace tiempo elevados
¡Cantaré sin pudor mientras me
ahogo!
¡No habrá lágrima a lugar en el
velorio!
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Lorena Figueroa Buitrago
Me despido con esta canción de la artista francesa Alizée, llamada "Edén, Edén"
He aquí la traducción:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHermosísima ésta nueva entrada tuya dedicada a ésta dama de la literatura. El preámbulo que realizas de la obra Hamlet permite disfrutar y apreciar mucho más profundamente el genio de tu escrito, que es supremamente hermoso y está magistralmente desarrollado. La forma en que hilvanas las ideas, en que te permites la libertad y la osadía de entrar en la cabeza de Ofelia en los últimos instantes de su vida y de tejer de su locura un cordón de flores despierta en mí el vértigo de saber que toda la belleza percibida lentamente se va tornando en muerte. En una muerte, que sin embargo, no deja de ser poética. Es un poema increíblemente sensible que explora de manera exquisita las profundidades de una mente inestable. La imagen es hermosa y va muy a tono con todo.
ResponderEliminarMis felicitaciones, eres realmente una artista única :).
Tu hermana.
Muchísimas gracias Estefanía. Definitivamente, la muerte de Ofelia es uno de los episodios literarios que más me conmueven,sobre todo porque la forma en la cual Shakespeare la describe es magistral y penetrante.
ResponderEliminarMe alegran tus felicitaciones, pero sobre todo, me alegra tu apoyo constante. Te quiero mucho.
Un beso.
Hola mi querida niña, que emoción y que grandísimo disfrute leerte; cada vez me sorprendes mas con tus composiciones. Tú poema, sorprende por la forma como en él planteas el drama de Ofelia adornado de bellas figuras, mostrando su desencanto por la insania de Hamlet.
ResponderEliminarTe felicito, el mismísimo Shakespeare estaría sorprendido.
Muchas gracias papá. Me hace muy feliz saber que es de tu gusto mi poema. Me inspiras a seguir escribiendo.
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